La mayoría pertenecían a personas fallecidas y se desconocía quien las tenía.
En el mes de abril, la Fiscalía Local de Rancagua encomendó a la Brigada de Investigación Criminal de la capital regional y a la Oficina de Análisis (OFAN) Regional, identificar la ubicación de armas de fuego cuyos dueños hubiesen fallecido y se hallaran en situación irregular. Lo anterior, a fin de evitar que aquel armamento pudiese, eventualmente, llegar a manos de delincuentes.
El fruto de 9 meses de trabajo, se tradujo en la incautación 36 armas de distintos tipos de calibres, siendo recuperados revólveres, pistolas y escopetas, las cuales serán remitidas al Laboratorio de Criminalística Central, para ser periciadas y verificar o descartar que hayan tenido participación en algún delito.
Desde la Fiscalía y la PDI, hicieron un llamado a quienes tengan armas heredadas, a regularizar su situación ante la Dirección General de Movilización General o, en su defecto, hacer entrega voluntaria de las mismas ante las policías.
