La parroquia Nuestra Señora del Carmen San Fernando, ha organizado y realizado por primera vez, el 16 de abril, la celebración de Cuasimodo, en su Comunidad y Capilla San José de Agua Buena.
Para ello, se contó con la entusiasta colaboración de la comunidad, de los cuasimodistas, del Club de Huasos de Agua Buena, que acompañaron al párroco Danilo Yáñez Ossandón y el diácono Fernando Pardo Castro a llevar a Jesús Sacramentado a los enfermos y postrados.
Al comenzar la jornada se realizó una eucaristía de envío en la Capilla, donde se bendijo a los presentes, y a los jinetes participantes y a sus caballos.
Luego comenzaron su recorrido desde Pueblo Hundido hacia los diferentes hogares, en cuyas puertas se habían armado altares y se habían engalanado con globos blancos y amarillos para recibir al sacerdote que portaba el Santísimo Sacramento.
El coche a caballo que transportaba al R.P. Danilo también, estaba adornada, con banderas amarillas y blancas, mientras que los cuasimodistas iban ataviados con su traje característico (mantillas blancas o amarillas atadas a sus cabezas y esclavinas blancas sobre sus hombros). Pero, en la procesión, los fieles no iban sólo a caballo sino también en bicicletas, o vehículos, con mucha alegría, con banderas chilenas o amarillas y blancas, que iban anunciado su paso con campanillas y cantos.
Esta celebración de Cuasimodo, se realizó en el domingo siguiente a la pascua y en la Fiesta de la Divina Misericordia, donde el amor de Cristo se manifiesta en aquellos que más necesitan de Él, cuasimodo se convierte en un regalo de amor para aquellas personas.
Ésta es una fiesta religiosa propia de Chile, que nació a mediados del siglo XIX, pues en aquel tiempo, los sacerdotes iban a caballo para entregar la Comunión a los enfermos que no pudieron comulgar en Domingo de Resurrección. Ellos eran acompañados por feligreses para que asaltantes no robaran el copón con el Santísimo Sacramento. En señal de respeto reemplazaban sus sombreros por mantillas atadas a sus cabezas y esclavinas sobre sus hombros. Ésta es la tradición que se mantiene hasta hoy.