A veces, el tiempo es un amigo cruel que nos golpea sin piedad y hace que nos pongamos de rodilla ´para suplicarle momentos de clemencia, éste villano silencioso no retrocede y golpea una y otra vez nuestra cápsula del tiempo, nuestro ego. Nos grita, nos advierte que no hay vuelta atrás, lo dicho y lo dictaminado se cumple, y “que jue”.
Pero para otros esta regla se quiebra, a pesar de haber caminado por ásperos senderos y de haber sentido la rudeza del día a día. A estos elegidos la vida los apapacha y los PREMIA. Este es el caso del ´poeta Rigoberto Meriño, que justamente este 2023 cumple 50 años de poesía. 50 años escudriñando, verso a verso.
Él nos dice:
No recuerdo el día, no recuerdo la hora, solo sé decir que fue a la edad de 8 años, días después de un año nuevo; era casi medio día, con un sol abrasador en el Valle del Equi. Estaba yo sentado bajo el umbral de nuestra casa de madera, divagando en ideas y sueños como era de costumbre. Fue ese día, cuando precisamente llegó la poesía. Rememoro que la dibujé en una caja de cartón, por lápiz tuve un tizón y por lectora a mamá.
Temeroso le llevé mi escrito, se lo presenté. Sus ojos negros curioseaban como dos luciérnagas sorprendidas, sus manos jabonosas mojaron el viejo cartón, para luego deslizarlo sobre mis dedillos tiznados. Me miró con rostro neutro y preguntó: ¿quién te lo hizo? Yooo, yoo respondí vivazmente, nuevamente vi su rostro imparcial, bajó la cara y continuó lavando. Silencio profundo. Del cartón nunca más supe, el tizón lo terminé haciendo unos garabatos en unas piedras, y fue así como me inicié con la poesía y la crítica.
Desde ese episodio, ya han paso 50 años, 50 años junto a la poesía, 50 años gritando y convenciendo con esta poesía, tan Meriñesca, tan rural y campesina, 50 años que los celebro junto a ustedes.
¡Felices 50 años de poesía Rigoberto!, siga sembrando luces para las próximas generaciones.
