Desde octubre, millones de chilenos se unieron exigiendo mayor equidad y justicia social. Pero fue antes que estallara la crisis, que las manos de manifestantes en Santiago, Concepción, Antofagasta y Valparaíso se unieron para marchar por el medio ambiente.
Era la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático una oportunidad no solo para Chile, sino que para toda Latinoamérica para visibilizar las demandas: conservación y cuidado de los bosques y el agua: reforestar con al menos 600 mil hectáreas de flora nativa y declarar santuario de la naturaleza 200 mil hectáreas del bosque nativo actual con plazo el 2025. Derogación del código de aguas para avanzar hacia una gestión comunitaria del recurso. Potenciar y fomentar la agroecología; la prohibición de las termoeléctricas a carbón desde el año 2030 y de todas las termoeléctricas basadas en combustibles fósiles desde el año 2040; Democracia ambiental y justicia climática que va de la mano con robustecer la educación ambiental, y terminar con las zonas de sacrificio.
Demandas que hoy toman más fuerza, sobre todo, cuando la última encuesta Cadem relacionada con el medio ambiente, dio cuenta que un 69% de los chilenos cree que se puede parar y dar marcha atrás al cambio climático y no solo eso, el 77% considera que las inundaciones, incendios y sequías que se han visibilizado en el país en los últimos años en Chile están relacionados con el cambio climático y el 18% sostiene que siempre han ocurrido.
Y pese a que la COP 25 se fue a Madrid, los compromisos de Chile se mantienen incólumes: cuidar mejor nuestros océanos que son parte vital en el ciclo de la vida y transformar a Chile en un país carbono neutro, es decir, emisión neta cero de carbono antes del año 2050 a través de un plan que hemos venido trabajando desde hace un tiempo y del cual Natura se ha hecho parte contabilizando las emisiones de carbono en todo lo que hacemos. Desde el impacto de la extracción de los ingredientes, hasta el descarte del producto, considerando, inclusive, viajes y actividades de las fábricas. Nuestro enfoque es reducir las emisiones directas e indirectas en toda la cadena.
No estamos solos y es clave el espíritu de colaboración, aportar de manera conjunta a un bienestar colectivo, ayudando a mejorar la vida de las personas a través de los productos que ofrecemos y los servicios que prestamos para un mundo más bonito./
Gustavo Cruz de Moraes
Gerente General de Natura Chile