Homenaje al matrimonio Ferrari; o mejor, «El Pepe y la Nena»

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Por esa época Pepe se hizo pescador. Alternaba entre Pichilemu y San Antonio. Antes dijimos que el mar era, también, una de sus pasiones. Y así la realizó.

Pero, a medida que avanzó el tiempo, decidió dejar todo por los títeres. El matrimonio trabajaba codo a codo. Al mismo tiempo, Pepe había ingresado a la Radio Sargento Aldea, de San Antonio, de la cual llegó a ser director. Su paso por la radio es importante, pues ejerció allí un despliegue de creatividad y de actividades variado. Cuando dejó la Sargento, pasó a la radio Portales de Santiago para trabajar de locutor y guionista de radioteatros y programas. Y estando aquí, le propusieron hacer funciones de títeres en el auditorio de la radio; cosa que después creció: la radio organizó una especie de festivales barriales, los “Festivales H H”, desarrollándolo desde 1960 a 1963.

Así anduvieron los Ferrari, presentándose en escuelas, funciones particulares, campañas publicitarias para empresas privadas, Ministerio de Salud; Ministerio de La Vivienda y Urbanismo, Servicio agrícola y ganadero; Casa de la Cultura. Asistían y participaban constantemente de encuentros en Chile y Argentina. Nos cuenta Paola: “Viajaban constantemente a la República Argentina, donde tenían grandes amigos ”“ colegas”.

Sus obras, sus historias, estaban ligadas al pueblo, a sus costumbres, sus tradiciones; también a sus dichas y desdichas. Por allí andará esa vieja sorda, que debe rescatar al minero olvidado en el fondo de la mina, traicionado por su inescrupuloso compañero.

“Una particularidad, que llamaba mucho la atención”; una habilidad que tenía Pepe, era que lograba imitar los modismos, los giros y las pronunciaciones exactas de los personajes: si hacía un minero, copiaba la forma de hablar de estos a la perfección”. Eso lo acercaba mucho a la gente”, cuenta Don Tito Guzmán.

No hemos podido dar con muchos de los que lo conocieron. Pero, buscando, hemos encontrado el testimonio de un gran amigo argentino, con quien Pepe ha compartido muchos buenos momentos. Él es el titiritero Hugo Adamini, que nos dice “Pepe Ferrari: un alto reconocimiento por su creatividad, su capacidad artística y su labor desarrollada con Nena, su esposa y compañera. En lo personal, hemos compartido con ellos momentos inolvidables en San Fernando, ya en festivales y otros eventos; como también con su familia, Patricia, Paola y su esposo”. Me recuerdo con ellos, cantando canciones de Violeta Parra”. Gracias a tu vida, Pepe, que nos ha dado tanto ”.

¡Amigos!. Creo que esta palabra es recurrente, cuando se habla de los Ferrari. Abridores de puertas: las de su casa. Cualquiera que estuviera en el camino, cualquiera fuera su situación, tenía un lugar asegurado en la morada de Pepe y Nena. Abridores de puertas: las del trabajo; pues más de una vez han cedido su agenda laboral para otro que estuviera en peor situación. De naturaleza solidaria, no se quedaron con nada. Han devuelto todo lo que recibieron.

Al homenaje ha asistido un entrañable amigo de la familia Ferrari, el titiritero y cuenta cuentos Carlos Cervone. Estaba de visita en Chile. El fue detenido político durante la dictadura. En este viaje, pasaría por los lugares donde estuvo alojado”.

 El matrimonio se comprometió hasta la médula, pues era la época del terror, para ubicarlo en su cautiverio y ayudarlo a salir del país. Cervone recuerda: “El día que conocí a Pepe Ferrari, no era yo más que un montón de andrajos”. Me llevaba el viento. Él se acercó y dijo ”sin que hubiéramos cruzado palabra alguna antes.˜Usted es argentino Sí le contesté. ”Entonces no se hable más, ya tiene casa; la mía. Me había sorprendido que supiera mi procedencia, pues no habíamos hablado. Después me enteré que él sabía de mi, por otra persona (risas) ”. En este viaje, pasaré por su tumba, para dejar una flor y rendir homenaje. No tengo, sino, más palabras que de agradecimiento”.

Su carrera fue muy premiada. Obtuvieron el “Premio de las Artes y la Cultura”, para la formación de profesores monitores; el “Premio Fonfec”, por la realización de una campaña anti alcohólica en 120 escuelas de Chile central; el “Premio Fodat”, por la formación de monitores titiriteros para docentes.

Trabajaron para el Ministerio de Educación, en programas de mejoramiento de la enseñanza. Y justamente esta campaña fue la puerta de entrada a la televisión.

Lo de la tele es un tramo muy rico de esta historia, pues fueron 14 años de labor interrumpida, pero con muchos logros. Siempre trabajando en programas educativos para niños. El paso de los Ferrari arrancó en canal 9 (hoy Chilevisión), donde estaban preparando un programa de títeres y marionetas. Aquí conocieron y trabajaron junto al marionetista Héctor García. Este programa diario, llamado “Las Puertas Tasticafán”, salía todos los días. Esto duró un año: de 1967 a 1968.

Al año siguiente se fueron a trabajar a Televisión Nacional de Chile, donde hicieron “El rincón del conejito”; esto fue hasta 1970. Aquí hay una pausa. Retornarán en 1974, nuevamente en el canal 9. La labor de este año fue premiada por el Consejo Nacional de Televisión.

Luego pasaron, nuevamente, a la Televisión Nacional para hacer “La tía Patricia”, hasta el año 1982, que fue el último año en la televisión. Este programa también fue premiado, por dos años consecutivos, con el premio del Consejo Nacional de Televisión.

Paola nos recuerda de esta etapa: (los programas) eran dedicados a párvulos, para la formación y diversión de los niños mas pequeños. Los programas eran hechos por psicopedagogas y el canal ganó bastantes premios con ellos ”.

Durante estos años, los de la televisión, los Ferrari se dedicaron pura y exclusivamente a la producción de los programas, pues la actividad requería mucho trabajo.

 

 

Sergio Fernandez Vergara

Presidente Asociación Raudal de Puente Negro

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