Como es tradicional, desde hace cuarenta y nueve años el primer domingo del mes de diciembre se realizó la peregrinación cristiano católica desde San Fernando a la localidad de Roma. Saliendo a las cinco treinta horas de la madrugada, cuando aún era de noche, desde la intersección de las Avenidas Bernardo O´Higgins con Manuel Rodríguez. La peregrinación fue presidida o encabezada por la imagen de la Virgen María, madre de Jesús, transportada en una angarilla al hombro de cuatro devotos cristianos.
Este sacrificado y saludable ejercicio aeróbico de caminar hasta la localidad pre-cordillerana de Roma durante aproximadamente tres horas, permitió a los peregrinos contemplar la aurora y el amanecer de un nuevo día en los campos agrícolas de Colchagua. Durante todo el trayecto desde un vehículo con parlantes y alta voz se dirigieron las oraciones, cantos, alabanzas, agradecimientos a la Virgen María y los valores morales del cristianismo en general. A orillas del camino de asfalto, las familias frente a sus hogares saludaban la procesión mostrando sus altares religiosos engalanados con flores, imágenes y velas.
En el trayecto hubieron algunas estaciones de descanso siempre de pie, donde los líderes cristianos de esta actividad realizaron predicas dando pautas de buena conducta para con el prójimo y el buen convivir. En la estación de la escuela La Marinana aparte del mensaje religioso una pareja de jóvenes bailó cueca frente a la imagen de la Virgen. En otros sectores del trayecto, los residentes cubrieron parte del camino con flores y pétalos para saludar a la Virgen y a la columna de peregrinos.
En la parte posterior de la caravana decenas de huasos a caballo, vistiendo sus mejores atuendos folclóricos cabalgaron en medio del sonido de las herraduras sobre el asfalto, las espuelas y los incesantes relinchos de sus caballos. También en la procesión iban vehículos de tracción animal (carretones y colosos). Después de cruzar el puente sobre el estero Lolén, donde nos esperaba bomberos en correcta formación junto a parte de la comunidad romina fuimos hasta el recinto deportivo, donde se realizó una misa a la chilena a campo abierto y el conjunto folclórico bailó cuecas frente a la imagen de la Virgen María. Al término de este servicio religioso se presentaron los huasos en sus cabalgaduras, sacándose los sombreros en señal de respeto religioso, y de ahí se invitó a todos los integrantes a un desayuno compuesto por leche de vaca y pan amasado hecho y repartido por la comunidad romina cristiana católica.
Importante para el éxito de esta manifestación de fervor religioso fue la presencia en todo momento de Carabineros de Chile, quien escoltó en todo el trayecto a los peregrinos en sus vehículos con luces intermitentes brindando seguridad a todos los peregrinos en la fe.
