Calzados Las Indias, un negocio con historia

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La importancia de utilizar un buen calzado, no es sólo una cuestión de estética; la salud es un aspecto, en este sentido, que no se debe descuidar. Eso lo tiene muy claro Gabriel Fulgencio Salinero Olguín, dueño junto a su hermana Jimena de "Calzados Las Indias", tienda ubicada desde hace más de un siglo en plena avenida Manuel Rodríguez y que resiste el paso del tiempo, sorteando con éxito la llegada de las nuevas cadenas de zapaterías.

¿Don Gabriel, cuéntenos algo de la historia de Calzados Las Indias?
Este negocio partió a inicios del Siglo XX como "Botería Las Indias", llamándose después "Zapatería Las Indias", para ser conocido en la actualidad como "Calzados las Indias". A este negocio mi padre llegó como cajero, para después compartir la propiedad con otros dos socios, a quienes compró sus respectivas partes, quedando como único propietario.

¿Cuéntenos algo de su padre?
Mi padre se llamaba Fulgencio Salinero Duque. Él se vino de muy pequeño desde España junto a su familia. Llegó a San Fernando en 1912 con tan sólo tres años de edad junto a mis abuelos. Hizo sus estudios primarios y secundarios acá, ingresando al Liceo Neandro Schilling. Sin embargo, se incorporó de muy joven en el mundo del trabajo, ingresando a trabajar a la "Zapatería Las Indias" como cajero, con tan sólo trece años de edad.

¿Usted estuvo siempre vinculado al rubro de la venta de zapatos?
En honor a la verdad, tuve poca relación con el tema de los zapatos, ya que a mi padre no le gustaba que junto a mi hermana nos metiéramos mucho en sus negocios. Sin embargo, cuando tenía 90 años se enfermó, debiendo dejar de trabajar para quedarse en casa.

¿Ahí fue cuando se incorporó al negocio?
Ahí me vi obligado a tomar las riendas del negocio. Claro que antes hice otras cosas en mi vida. Mis primeros estudios los realicé en la Escuela 1 con el director Jorge Muñoz Silva, donde tuve a doña Ester Véliz Cuevas de profesora. De ahí, me pasé al Liceo Neandro Schilling y después me fui a Santiago como interno al Instituto Nacional Barros Arana (INBA), que siempre ha sido un colegio de excelencia. Tras eso, tuve un paso por la Universidad de Chile, donde estudié Agronomía, y por la Universidad Católica, donde cursé estudios de Química Industrial, carreras que no terminé.

¿Qué hizo después?
Volví a San Fernando a los 20 años de edad a trabajar a una parcela que tenía mi padre, para posteriormente ingresar al Banco de Chile como cajero en San Vicente, donde estuve 18 años y conocí a la que sería mi esposa. Posteriormente me trasladaron a Talcahuano, Rancagua, Chillán, Temuco, Villarrica, Rengo, para regresar a San Fernando, donde terminé mi carrera como agente.

¿Qué características debe tener un buen vendedor de zapatos?
Un vendedor de zapatos tiene que ser atento. Eso es algo que nos diferencia de las grandes cadenas y los malls, donde uno elige el zapato y tiene que ir en búsqueda del vendedor, pero en Calzados Las Indias, el vendedor va al cliente.

Hablando de clientes. ¿Quiénes son más indecisos a la hora de elegir un zapato?
Primero debo aclarar que un zapato debe ser cómodo y moldearse bien al pie. En cuanto a la clientela, las mujeres son más indecisas y se demoran más en escoger. Ellas se prueban muchos más pares de zapatos que los hombres, quienes ya vienen más decididos y escogen rápidamente.

¿Supongo que ha cambiado mucho el tipo de zapatos que se vende?
En las décadas de 1950 y 1960, solamente se vendían zapatos nacionales. En ese tiempo, los mejores calzados eran los de las fábricas Calvo, Etchepare y Lenox. Antes, los zapatos se fabricaban de puro cuero, en cambio en la actualidad son pegados y muchos de ellos fabricados en China, donde la mano de obra es más barata.

¿Qué recuerda del San Fernando de antaño?
Era una ciudad muy agradable y muy segura, uno podía caminar por sus calles hasta las 5 o 6 de la mañana y no pasaba nada. De joven nos juntábamos en la Plaza de Armas con las chiquillas del Liceo y del Internado. Era la época de los malones, que se hacían en las casas y como máximo duraban hasta las 10 de la noche. También íbamos al cine, tanto al Teatro Municipal como al Central, que estaba ubicado en Manuel Rodríguez, donde reinaban las series como Tarzán y el cine mexicano con Cantinflas y Jorge Negrete.

¿Ciudad con alma de pueblo?
Tengo 77 años de edad. Nací el año 1940 en esta comuna, por lo que tengo muy lindos recuerdos del San Fernando antiguo. En mi niñez había un solo semáforo que se ubicaba en la esquina de O'Higgins con Manuel Rodríguez. La ciudad llegaba hasta el Regimiento por el oriente y hasta el Cementerio por el poniente. Del mismo modo, la leche se vendía en carretelas que pasaban de casa en casa. Oficios tradicionales era el de vendedor de mote con huesillos y el de afilador de cuchillos, destacando "El Pantruca", quien vendía frutas frente al Banco del Estado.

¿Cómo ve el San Fernando de estos días?
La comuna ha crecido mucho gracias al auge de la agricultura, ya que se han instalado muchas industrias de ese rubro, siendo uno de mis mejores clientes el trabajador temporero, aunque tenemos compradores de todas las clases sociales. También, ha habido avances en inversión pública y privada./

Calzados Las Indias
Avenida Manuel Rodríguez 984
Horarios: 09.30 a 13:00 y 15.30 a 20.00 horas.
Por Emilio Benavides Terzolo, periodista RRPP de la Municipalidad de San Fernando.

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