Cada año se estima que más de 300.000 lactantes menores de 1 año pierden la vida por causa del coqueluche, en tanto cerca de 48,5 millones de personas se ve afectadas en el mundo. Conocida también como Pertussis o Tos Convulsiva, el Coqueluche es una enfermedad infecciosa aguda de las vías respiratorias altas, causada por la bacteria "Bordetella Pertussis".
Altamente contagiosa, se caracteriza por la inflamación traqueobronquial y accesos típicos de tos violenta y espasmódica con sensación de asfixia que terminan con un silbido "chillido" inspiratorio. Si bien, la enfermedad se puede presentar en cualquier momento de la vida, la Dra. Camila Salas, pediatra de la Universidad del Desarrollo, explica que "los más afectados son los niños menores de cinco años. De ahí, la importancia de poder prevenirla a través de la vacunación, la que se encuentra incluida dentro del Programa Nacional de Inmunizaciones (PNI) para los lactantes (2, 4, 6 y 18 meses), luego a través de un refuerzo en 1° y 8° básico. Esto, además de la vacunación a todas las embarazadas en la 28 semana de gestación."
Según la Dra. Salas, es importante destacar que, dentro de las enfermedades inmunoprevenibles, el coqueluche demanda grandes esfuerzos para su control debido a la facilidad de contagio y transmisión. "Al igual que otras afecciones respiratorias, el coqueluche o tos convulsiva se transmite a través de secreciones respiratorias de personas infectadas. Su incidencia secundaria puede ser muy alta en personas inmunodepremidas y que han estado expuestas a la infección de manera prolongada y estrecha como, por ejemplo: en la casa, colegio, sala cuna, jardín infantil, unidades de neonatología", indica el especialista.
Asimismo, agrega que una vez que se produce el contagio, los signos y síntomas suelen aparecer entre 1 a 2 semanas. En un inicio, suelen ser leves y muy parecidos a los de un resfrío común: moquilleo, congestión nasal, fiebre y tos. Sin embargo, luego de 7 a 15 días éstos suelen empeorar, generando una acumulación de mucosidad espesa en las vías respiratorias y desarrollando una tos prolongada violenta y espasmódica que puede provocar vómitos, dificultad respiratoria, necesidad de oxigenoterapia y causar fatiga extrema, entre otros problemas.
¿Por qué vacunarse?
A pesar de que esta enfermedad puede ser tratada con antibióticos, la Dra. Salas explica que la vacunación ha sido un aliado fundamental para el control de esta enfermedad respiratoria grave y potencialmente mortal para lactantes. De ahí que esté presente en los principales programas de inmunización del mundo. "La vacunación contra esta enfermedad que se administra de manera gratuita en Chile, ayuda a proteger a los bebés recién nacidos cuando son más vulnerables a enfermarse gravemente y tener complicaciones", puntualizó
